miércoles, 20 de junio de 2012

Historia de un consultorio y una amante



Doctor por favor revíseme bien, no quiero que se equivoque, no quiero saber que me equivoqué con él otra vez.
Vamos a una fiesta, se rumora que estará buena, habrá chelas gratis, borrachos defendiendo su punto de vista, marihuana, buena música y tú. Va. ¿Me puedo quedar a dormir? Pues sí, ni modo que ¿a qué hora te vas a regresar? Ya estas.
El doctor me recostó en la camilla, siempre he odiado ese azul-hospital y el duro del acojinado, colocó el estetoscopio sobre mi pecho.
Me encantan tus senos, me encanta hacerles así y así y jugar con ellos. ¿Te gusta esto? ¿Quieres más?…si…¿Así te gusta verdad?…si…Me encanta, me encantaaaa…ahhh …ahhhh [infinito-cielo-infinito] Me encanta hacerte el amor. Y a mí también. Lo haces con tanta pasión, de verdad me encanta, me vuelves loca, podría pasar el día entero haciéndolo una y otra vez.
¿Qué no tengo nada en el corazón? ¡Por Dios! Si es dónde se supone que duele, ahí mero en el lado izquierdo. Espero que haya revisado con cuidado doctor. ¿Para qué me acerca esa luz? ¡No tengo nada en los ojos! ¡Quíteme eso ya!
No sé qué me impresionó más, si tu figura, imponente y grande, o tu fama, o tu inteligencia, o tu cuerpo escuchimizado y enérgico, o tal vez esa mirada acusadora-tierna-apasionada. No sé. Me perdí en tu cuerpo, en tu boca, en tus confesiones por las noches, en tus ojos cerrados. Cedí a tu odio y al sabor de lo prohibido de tu pecho. Estuve a nada de dejarlo todo…por ti, para ti y contigo.
Éste doctor seguro que es de una escuela patito, me dice que tengo algo en los ojos, casi ceguera, que no veo ¿no ver qué? ¿Qué quiere que vea? Y dice “Señorita dese cuenta, dese cuenta, dese cuenta…el cielo se repite” Tengo algo en los ojos, algo que no me deja ver o veo demás, pero no veo lo que todos. Y el doctor repite “Esto no está bien señorita, no está bien” Carajo, no me diga lo que está bien o mal, quiero seguir viendo cómo veo. Continúe el chequeo doctor, por favor…no quiero equivocarme.
No te entiendo. No tienes que hacerlo, sólo tengo miedo.
                             [Y sé que tienes miedo también]
Estoy atada a ti, a tu sexo, a tu boca, a tu actitud, quiero tenerte. No-y-si quiero ser tuya para siempre sin estar junto a ti. No quiero enojarme, no quiero enojarme, no quiero enojarme. NO QUIERO SER LASTIMADA, NO QUIERO LASTIMAR. No. Te quiero…de verdad y bien. Sólo disfrutemos los instantes en que nuestros dedos se unen.
[No soporto tus mentiras de media noche, no busques consuelo. Sólo TU lo sabes]
El doctor dice que tengo una herida, no sabe si profunda o no. Dice “el tiempo lo dirá señorita, no se apresure, no sienta, no duele, no pasa nada” Pero si ahí nunca me dolía, este doctor me encuentra cosas muy raras, ¡Ay! Si duele…un poco, pero sí. Pienso en la herida y duele más, pero me gusta, me gusta pensar-te. ¿Dejará cicatriz doctor? Y él dice “si dejará, SI DEJARÁ”.
 “REVISTA EN LA SALA DE ESPERA DEL CONSULTORIO”
Una de las más famosas psicólogas francesas causo polémica al defender, en un libro recién lanzado, que la infidelidad masculina es buena. ”La mayoría de los hombres no hacen esto por no amar a sus mujeres. Por el contrario, ellos simplemente precisan de un espacio propio” dice. Argumenta también que esto provoca que se exalte el amor hacia la pareja estable, por el sentimiento de culpa.
[ duele mi herida –que será cicatriz- ]

No hay comentarios:

Publicar un comentario