miércoles, 10 de abril de 2013

Cariño Interminable




-                                  -  Esta vez guardaré silencio, me quedaré arrinconada y escribiré:
 



“Te regalo mis sonrisas, mis días tristes que transcurren como si nada, las pupilas que brillaban al verte, mis esfuerzos por esperar el momento preciso en que me miraras, no como soy, si no como esperabas. Envolveré tus palabras en papel lustre para que siempre brillen en mi memoria, los besos que tanto esperé y el eterno abrazo que te robé. 

Te doy mis momentos más alegres de estos últimos meses, los pensamientos que en un Abril contendrán tu nombre y la paz que tendré. En este frasco deposito mi esencia, úsala en las ocasiones que más convenga y cuida de no regarla en instantes que no florecerán. 

Llévate estas alas rotas, todos tus reclamos y  enojos. Me ocuparé ahora de tejer unas nuevas, que sean más livianas y mantengan en equilibrio este cuerpo destrozado. Te regalo nuestros secretos, los guantes de box y una caja que contiene los versos que escribimos en una tarde soleada. 

Te entrego de manera formal mis ideas cambiantes, destartaladas, hechas un jirón por cada uno de tus besos. Te concedo, ahora, la gracia de ser un recuerdo y guardarte un cariño interminable”. 

Al día siguiente la encontraron en el cuarto piso de un edifico, disfrazada de sonrisas y palabras amables. Mientras él, paseaba por grandes avenidas, sosteniendo la mano de su amante.

miércoles, 3 de abril de 2013

¡Buen viaje!






Abordó el tranvía 1103 un día de Abril. Nuevamente y con esmero, vacío el contenido de su bolsa. Sacó el labial, el rímel y el lápiz color negro, recordó que hace un tiempo no deseaba verse bella, se miró en el espejo de bolsillo y con mucho cuidado delineó sus labios.

                 ( - Te quiero pero no cómo tu a mí.
                                                            ¿Por qué si la esencia es la misma?)

Utilizó el sacapuntas desgastado para afinar la punta del lápiz, por un momento imaginó en los rollitos de madera la vida. ¡Cuantas vueltas daba en espiral y qué diferentes eran! Alzó las cejas para poderlos pintar mejor.  

               ( - Escúchame bien, esto es una aventura.
                                                            ¿Por qué no sólo me dejas quererte?)

Rizó sus pestañas, pasó el rímel por encima y debajo, definiéndolas. Alejó el espejo y observó la diferencia que reflejaba su rostro, se percibía más seria, menos cansada, con un ánimo escueto y tranquilo. Se impresionó al no poder ver el reflejo habitual. ¡Cuánto había crecido su cabello!

              ( - Te lo regalo, cómo muestra de mi cariño.
                                        ¿Sólo esto merece mi devoción incansable?)

Abrió su cartera con cuidado, uno a uno contó los boletos de viajes anteriores, escudriñó en los orificios y no encontró nada. Se repetía constantemente “no puede ser, no puede ser” ¿Dónde lo habría dejado? Colocó su celular en el asiento vació que se encontraba a un lado, junto con un libro, la cosmétiquera y la cartera. 

            ( - Mi mujer y yo partiremos mañana.
                                                       ¿Eso es culpa de un instante en qué falle?)

Cerró su bolsa, por un momento mantuvo la esperanza de encontrarlo de nuevo, tal vez no buscó bien, pensó que el cansancio es engañoso, que la monótona dinámica de las relaciones a veces nubla la vista.  Apretó sus parpados y contó: uno, dos, dos y medio, cuarto para las tres, ya casi las tres, ¡tres! 

              ( - Pero podemos ser amigos. 
                                  ¿No te parecen suficientes los que tengo?)               
                                                             
“He perdido el interés, lo he perdido todo”. Murmuró cuando observo cómo el cigarro se consumía en  el cenicero, entonces, comprendió que lo que todos llaman “calma” existía.

miércoles, 27 de marzo de 2013

¡Salud!




Yo no sé qué es un amigo
¿el vino cuenta cómo uno?
si me encuentro confundido
con él, mi dolor ausculto.
Si mi laudo no defino,
yo la damajuana empuño,
con ella mis venas tiño
para solventar mi dúo.
Después de todo, es el tinto
quien me abraza, como nudo
me ata al reloj vengativo,
que sólo es el nombre tuyo.
Yo no sé qué es un amigo
¿Al que se tiene seguro?
Si la vida es nihilismo
y esa palabra diluyo
en un gran vaso de vino.
¿Qué es el cariño más puro?
No se engañen ¡puro timo!
Ya que aún teniendo muchos,
en los problemas son pintos.
Amigo, no seas bruto,
mejor hoy, con este vino

¡Juntos vamos a ser uno!

¡Salud!