miércoles, 20 de junio de 2012

Monquiquí: Ayúdame por que me quieren quitar los calzones!


A la ex empresa que me quiere quitar los calzones y
al monquiquí que me ayuda a evitarlo.

Tú no estás para saberlo, pero después de hacer el amor con un monquiquí es seguro que escucharas estas palabras: “no tengas miedo en empezar de cero” y yo lo escuche hace tres noches, me lo dijo con su voz agitada, entrecortada y casi llegando al final, el final que es la mitad de los malabares sexuales (de la acrobacia de mentiras).

Sólo por ser fin de año escupí en la cara todas sus fantasías, le dije  que me iba el día  410 desde que comenzamos, sin embargo el se adelantó, violentamente apretó mi cara, dejando marcadas sus uñas grasientas que olían a malvavisco, me quito el vestido azul (que ya casi era gris y estaba deshilachado), jaloneo las medias hasta que las rompió y me dejo llorando.
A mis ojos los rodeo el carbón y mis mejillas se incendiaron, por mi propia voluntad y sin que nadie lo pidiera entregué mis zapatos, pero también quería mi sostén. ¿Qué podía hacer una Pobrediabla  SIN–NA–DA? Lo lancé esperando cayera en su cara o por lo menos golpeara su brazo, pero debido a mi atrofia cardiaca el dichoso sostén a penas toco sus pies.
Así me fui al extranjero, en puros chones. Y nadie sabía de la angustia de andar casi en cueros y me decían que me iban a regalar dulces y libros, pero lo que yo quería era un vestido de colores fluorescentes.
Regrese el día 422 y me encontré una nota enterrada: “Quiero tus calzones”, entonces me enoje, esos calzones son lo único que tengo (que tenemos), esas bragas hablan de mí para mí misma, a esos choninos los llamo dignidad. Y mi dignidad nadie me la quita. Entonces llame a la única persona capaz de ayudarme: el monquiquí, dude algunas veces, pero finalmente hace dos días y tres noches te acuse. Fue en ese preciso instante que me cure de atrofia cardiaca y que comencé el malabarismo de mentiras que afortunadamente ya no puedo parar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario