domingo, 6 de mayo de 2012

M & M ¿Por qué es tan malo gritar que te amo?



-Ay jijos! Mira vieja! allá, no seas mensa, ira son dos güeyes y se besan ...¡como si de veras! No pus yo pensé que era una vieja y un hombre, pero me fije bien y los dos...ira como se besan...como si de veras.
Enfrente del imponente palacio de Bellas Artes, Mario esperaba. Esperaba tranquilo, con las manos sudorosas, con su bufanda negra, con sus bolsos llenos de envolturas de chicle, con su mirada inquieta, esperaba. Buscaba entre la gente el rostro de Mauricio, ¿Cuánto habría cambiado?, Quiero ver su sonrisa, sus grandes orejas y sus pequeños ojos.
-Ya ni porque toda la gente los está viendo, ¡que barbaros!. Amor por favor diles a los niños que eso está mal ¡Por Dios!
Mauricio va en el trolebus, se restira las mangas del suéter una y otra vez, piensa, le sudan las manos, piensa y siente que sus pies quieren llegar. Sonríe y piensa "quiero verlo sonreír". Quiere contarle que su madre esto, que su padre lo otro, que no ha cambiado, que su hermano ríe.
Tantas ganas desesperan. M y M cada vez más cerca, uno llega a Bellas Artes, el otro lo observa, extiende los brazos, se recarga en su pecho y escucha sus latidos, sin decir nada se miran (con incredulidad) se pasan la mano por el rostro y (llegando el momento iluminado) se besan, se besan, se besan. Sonríen, se abrazan y nada es tan perfecto en ese momento como sus labios, como sus manos.
Se alejan platicando y tomados de la mano, sin darse cuenta. Su momento de felicidad vive y las personas de alrededor mueren, de envidia, de celos, de amor, coraje, ignorancia y susurran:
es muy malo
es muy malo


es tan malo.

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