ER es el pedazo de ayer
que se me cayó del bolsillo
en un estanquillo,
sin querer.
Caminaba a la orilla
del lago ardiente,
esperando ver que
siente
ser en el aire una
estampilla.
Descubrir el mamotreto
que esconde un adiós
cuando se tiene
veintidós
y se es sólo un
folleto.
ER guiaba mis latidos
musitando emociones,
derrotando convicciones,
de colores teñidos.
Sucedió que
escuchamos
cerca del estanque un
crujido,
los tres vimos el
lago enardecido
y nos desenmascaramos.
Tras mí dilatado
corazón
corrí desesperada,
pues a ti seguía
aferrada,
omitiendo aquella
traición.
Entonces, pedacito de ayer,
en la inmensidad te perdí
y cuando renací
de ti me pude desprender.
Hoy ER es la palabra
que se extravío en
una metáfora
y se convirtió en la
anáfora
que en mi corazón mi
latido relabra.
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